El Instituto Mexicano para los Derechos Humanos y la Democracia informa que el número de niñas y mujeres desaparecidas en el país casi se triplicó de 2015 a 2021, según cifras del Registro Nacional de Personas Desaparecidas o no localizadas. En la presentación del diagnóstico “Mujeres Desaparecidas», con especial foco en el estado de Jalisco, se dio a conocer que en 2015 el número total de mujeres y niñas desaparecidas en el país fue de 1,043. Seis años después, en 2021, esa cifra aumentó un 161,6% hasta 2.729 mujeres y niñas sin vivienda. Durante el mismo período, el número anual de asesinatos aumentó de 412 en 2015 a 978 en 2021. Se afirmo que las desapariciones forzadas ocultan la infinita variedad de violencia a la que pueden ser sometidas las mujeres, incluidos el asesinato, la trata de personas, el secuestro, el reclutamiento y la utilización de niñas y la violencia sexual.

Las rastreadoras del fuerte son un grupo de mujeres conformado por madres, hermanas, tías, esposas, las cuales se dedican a la búsqueda y rastreo de familiares desaparecidos dentro de fosas clandestinas, llanos, baldíos, etc.  Aunque el movimiento tuvo lugar en Sinaloa, esta búsqueda se extiende a través de toda la República Mexicana. 

Lo que puede definir a una rastreadora es su amor incondicional, son mujeres que se hicieron valientes cuando la situación las orillo a esto, ya que no solo se llevan a su ser querido, sino que a la par les arrancan una parte de ellas mismas.

Estas mujeres no buscan restos ni huesos, ropa o zapatos. Lo que este grupo de mujeres espera encontrar son tesoros: sus seres amados que un día, sin mayor explicación que la ausencia, no volvieron.

 

La historia de Nora Lira

Nora es líder del colectivo Rastreadoras de Ciudad Obregón, pero también es una madre que recibió una llamada anónima donde le notificaron de la cavidad con restos humanos.                                                                                  Fernanda Sañudo Lira de 17 años salió de su casa, para visitar a una amiga, pero nunca regresó. Desde entonces su madre prometió que encontrarla.                                                                                                                                           La mujer halló ropa perteneciente a su hija Fernanda. Las pruebas de ADN confirmaron lo ya temido :                                 “Yo pues vi su blusa, estaba triste, conmovida, supe que era ella en ese momento y pues lo único que dije, pues hija ya estoy aquí, ya llegué por ti, ya nos vamos a ir. Es todo, ahí todo lo veo como un sueño”. 

-Relato la madre de la joven. 

Nora, responsable de ayudar a otras madres a localizar a sus hijas, dijo entre lágrimas no querer poner más a su hija en tierra, pues ya estuvo años en ella.